En EE. UU. llevan tiempo pintando de blanco las superficies asfálticas para combatir las altas temperaturas. Además, el producto utilizado para recubrir estas superficies lleva una base de dióxido de titanio que además de repeler el calor, captura y descompone las emisiones tóxicas que emiten los tubos de escape. Estas emisiones llegan a reducirse hasta en un 30% con esta pintura.
Los asfaltos se componen de maltenos, que son los componentes que unen los elementos del asfalto, y los asfaltenos, que dan firmeza al pavimento. los maltenos se acaban descomponiendo hasta que el asfalto se agrieta. Desde EE. UU. aparece un nuevo material compuesto a base de dióxido de titanio que repara el malteno por lo que supone un tratamiento de rejuvenecimiento para las carreteras. Se aplica con pulverizadores dándole un tono a la carretera amarillento.
Esta tecnología se basa en el proceso de fotocatálisis: el dióxido de titanio, al recibir la luz solar, descompone las emisiones tóxicas de vehículos, así como óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles.