Los nuevos tiempos pisan fuerte en materia de sostenibilidad y todo apunta a que lo harán sobre firmes muy diferentes: pavimentos reductores del calor, solares, descontaminantes o carreteras inteligentes capaces de gestionar el tráfico para reducir las emisiones de CO2, nos conducen en pro del planeta y la salud de las personas.
Yes que incluso la energía puede generarse bajo nuestros pies. Hace dos años, tres amigos de la infancia que habían estudiado ingeniería industrial en Sevilla pusieron en marcha una iniciativa pionera: Solum, un pavimento fotovoltaico capaz de convertir la luz del sol en energía para alimentar y recargar las baterías de vehículos eléctricos como bicicletas y patinetes. Luis Muñoz, Carlos Rodríguez y Antonio Cabrera dejaron sus trabajos en Suecia, Australia y Estados Unidos para volver a su ciudad natal y aplicar su visión de futuro en el campo de la movilidad sostenible.
«La realidad es que muchas ciudades no disponen de la infraestructura necesaria para integrar el volumen de vehículos que circulan en ellas. Más de 13 millones de usuarios no tienen dónde dejar y cargar su vehículo de movilidad personal, lo que ha provocado imágenes de desorden debido a la acumulación o una mala disposición», explica Muñoz.
Así que tuvieron clara la necesidad de crear estaciones de recarga con energía limpia utilizando uno de los mayores espacios disponibles de las ciudades: el suelo. «Cada estación de Solum, de unos 6 metros cuadrados de baldosas solares, ahorra al año una media de unas tres toneladas de C02 y genera más de 1 MWh», explica Muñoz, quien además precisa que ya se están instalando baldosas para recargar energía de cámaras de seguridad o de paneles publicitarios. Este suelo solar, resistente a las pisadas y a la circulación, cuenta con un sistema interno de almacenamiento que garantiza el suministro eléctrico de forma ininterrumpida. Desde Solum explican que han sido pioneros y tan solo dos empresas más, una francesa y otra húngara, han puesto en marcha una tecnología similar. «La diferencia es que nosotros apostamos por el menor impacto posible y las baldosas se pueden instalar sobre el pavimento sin necesidad de grandes obras o inversiones», señala Muñoz.
El pavimento solar es una de las grandes apuestas de la ciudad de Barcelona. En la plaza de Glòries se han instalado 50 metros cuadrados que generarán energía eléctrica que se vierte a la red general, en una apuesta por la autogeneración y el autoconsumo. «La instalación generará 7.560 kWh/año, el consumo anual de tres hogares, y será monitorizado en tiempo real para controlar la eficacia del sistema», explica Eloi Badia, concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica.
s creando un Urban Lab, la ciudad es un excelente laboratorio para probar nuevas tecnologías y somos conscientes del gran potencial que tiene el suelo como espacio de transformación hacia ciudades más sostenibles», sentencia Eloi Badia.
Urban Lab
Pero la Ciudad Condal ha adoptado más soluciones innovadoras a ras de suelo: en el paseo de la Verneda, el nuevo pavimento está hecho con plásticos no reutilizables, lo que supone una disminución de 17 toneladas de CO2 respecto a si se hubiera fabricado de manera tradicional. Se han utilizado 4.500 kilos de plástico que no se podían reciclar, el equivalente a 3.000 bolsas de basura doméstica llenas de plástico. «En otra de las calles se ha instalado un nuevo pavimento que mitiga los efectos del cambio climático reduciendo la temperatura y, además, disminuye la contaminación acústica. Una prueba piloto que se ha realizado en colaboración con el proyecto europeo Life Heatland, realizado de forma pionera en la región de Murcia», señala Badia, quien puntualiza que estas innovaciones no tienen por qué aplicarse en toda una ciudad, sino en las zonas donde aporten un valor añadido. Por ejemplo, un suelo sono reductor es perfecto para entornos de hospitales, colegios o residencias de mayores. «Estamo
Del proyecto Life Heatland, sabe bien Francisco Moral, responsable del área de energía y aislamiento del Centro Tecnológico de la Región de Murcia (CTCON) y coordinador de este proyecto europeo con el que se ha conseguido reducir la temperatura una media de 10 grados, ahorrar energía y disminuir la contaminación acústica. «Este pavimento reflectante sustituye el oscuro betún por un ligante sintético de color beige que no absorbe tanto calor como el asfalto tradicional. Además, los áridos incorporados son de menor tamaño, de modo que al reducir la rugosidad se consigue también reducir la contaminación acústica», explica Francisco Moral, quien puntualiza que «en Murcia contamos con unos 22.000 metros cuadrados de este pavimento y ha demostrado que es una solución fantástica para combatir el efecto de isla de calor que se produce en las ciudades. Además, mejora el confort a la hora de conducir y las condiciones de visibilidad por la noche, ya que ofrece la misma luminosidad con menos potencia lumínica que las farolas, lo que fomenta no solo una mejor visibilidad para los conductores sino un ahorro de consumo energético», sentencia Moral. Este proyecto, cofinanciado por el programa Life de Medio Ambiente y Acción por el Clima de la UE, está formado por CTCON, la constructora CHM Obras e Infraestructuras, el Ayuntamiento de Murcia, la Federación Regional de Empresarios de la Construcción de la Región de Murcia (FRECOM) y el Clúster de la Construcción de Eslovenia (SGG-CCS).
También en España, ecoGranic, tecnología desarrollada y patentada por la empresa Pavimentos de Tudela (PVT), contribuye a la eliminación de contaminantes de la atmósfera mediante un proceso similar al proceso que hacen las plantas. Un suelo que solo necesita luz del sol para «convertir los gases nocivos en compuestos inocuos para la salud y el medio ambiente a través de un proceso de oxidación natural libre de agentes químicos y de efecto inagotable en el tiempo», explica Edurne Fuentes, directora de I+D+i y Calidad en PVT. Una tecnología probada: pavimentar la superficie de un campo de fútbol permite eliminar la contaminación que generan más de 4.000 coches en un año.
Autopistas inteligentes para frenar las emisiones
Las ‘smart roads’, vías que incorporan tecnología avanzada, permiten aumentar la seguridad y la eficienciaen la conducción reduciendo las emisiones de efecto invernadero. Ferrovial viene apostando por ello: «En EE.UU. contamos con autopistas que controlan la congestión mediante tarifas dinámicas. Pero a la vez que perfeccionamos nuestros algoritmos para gestionar los atascos trabajamos en la digitalización de nuestras infraestructuras y, en concreto. en las comunicaciones y en los nuevos sensores de la carretera. Estos, al igual que los que se están desplegando en vehículos autónomos permitirán identificar todos los incidentes y obstáculos para que se puedan comunicar en tiempo real y con total fiabilidad para que los conductores o los propios vehículos puedan tomar decisiones sobre la conducción al instante», explica Pablo Ferrando, director de innovación de Cintra, para quien «aunque las carreteras inteligentes parezcan una moda, lo cierto es que estamos en un punto crítico, se ha avanzado en telecomunicación y tecnología del vehiculo. Ahora es cuando merece la pena investigar e invertir para modernizar nuestras redes de transporte y ser más competitivos, dentro de cinco años igual llegamos tarde».
Y adelanta que Ferrovial también investigará en pavimentos para la carga de vehículos eléctricos por inducción. Iniciativa en la que está inmersa Stellentis, que ya prueba en en el circuito italinao «Arena del futuro» esta tecnología, que eliminaría la necesidad de transportar baterías de gran capacidad.
FUENTE: https://www.abc.es/economia/abci-innovacion-suelo-toma-altura-202201240105_noticia.html